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Filocap 2008/09

Características de la Pedagogía actual

Características de la Pedagogía actual

a) Ocupar al profesorado en rellenar innumerables impresos estériles que le roban el tiempo para preparar mejor sus clases (es difícil saber si la deforestación de nuestros bosques se debe más a los especuladores inmobiliarios o a los psicopedagogos-defotocopia).


b) Inventar constructos teóricos vacíos y nocivos para la enseñanza. Por ejemplo, `metamotivación´ que no es más que una estrategia del sistema para “liberar” al alumno de todo esfuerzo y de toda responsabilidad. En un artículo publicado en El País, explicaba uno del gremio que “el alumno tiene derecho a aprender”, aclarando a continuación que esto era algo más ambicioso que el mero derecho a “ser adecuadamente enseñado”. Todo derecho implica un deber, en este caso del profesor que tiene la obligación de encontrar la manera para interesarle en su materia. De esta forma si un alumno se duerme o se aburre en clase es que el profesor está cometiendo un fraude con él (por cierto, es harto curioso cómo estos expertos en metamotivación resultan atrozmente monótonos e incapaces de interesar lo más mínimo al profesorado en sus “metavisiones” sobre la enseñanzaaprendizaje).
No obstante, el pecado de lesa Pedagogía es solo venial si luego el docente aprueba a todos los alumnos.

c) Ofrecer a priori la complicidad al alumno ante cualquier falta de disciplina o bajo rendimiento. Empapelar de burrocracia al docente que se atreva a suspender o imponer cualquier sanción. Empantanar todo lo que sirve para enseñar. Facilitar el aprobado del máximo número posible de alumnos como objetivo profesional y presentarlo como meta progresista por excelencia (“el profesor –dicen- al evaluar se autoevalúa: tantos sobresalientes pones, tan sobresaliente eres”). En definitiva, asumir el rol de comisario político que garantiza a sus Amos el maquillaje del fracaso escolar.

d) Defender, con un lenguaje dulzón, maternal y ñoño, una “enseñanza personalizada” para los alumnos que, en realidad, viene a obturarlos como sujetos de
aprendizaje, pues les priva de la responsabilidad y de la asunción de sus propios actos.

 e) Disminuir (o hacer desaparecer) la autoridad del profesor, lo que se presenta como una conquista progresista e igualitaria (la “mayoría oprimida” rebelándose contra el tirano). Recordemos a aquella insigne psicopedagoga de Instituto en las marismas del Guadalquivir que manifestó que “los alumnos solo agredían a los profesores con baja autoestima”, o aquel otro que dijo que “cada profesor tiene la autoridad que sabe ganarse, que se merece”. Por tanto, supone una contradicción en sus términos la expresión “agredir a un profesor”, como lo era hasta hace no mucho en nuestro país “violar a la esposa”.

f) Atribuir al profesorado la responsabilidad de todos los males educativos. Si la LOGSE no brilla con su fulgor natural es por la escasa competencia pedagógica del profesorado de Secundaria. Podemos citar de memoria cincuenta documentos oficiales (entre ellos el anteproyecto de la LOE) que dicen eso de manera literal.

g) Fetichizar el entorno. Proscribir el aprendizaje de lo que no existe en el contexto más inmediato. Si no hay trenes en tu comunidad, por ejemplo Canarias, no pueden aparecer en los planes de estudio.

h) Glorificar el espontaneísmo cretino. Incluso decretando que la corrección de faltas de ortografía supone un acto de imperialismo cultural, pues invade la idiosincrasia expresiva del alumno. Y hay que oírles hablar sobre la –para ellos- sádica caligrafía. Las consecuencias naturales son el clasismo, la estrechez de perspectiva, la laxitud volitiva, la ausencia de discurso propio. Sánchez Ferlosio resumió admirablemente la condición de los jóvenes que produce el Régimen: “borriquitos con chandal”.

i) Abolir la Enseñanza Media. En los IES todo debe modelarse a imagen y semejanza de la Enseñanza Primaria (de su concepción de la Enseñanza Primaria, que tampoco compartimos). Niegan toda entidad propia a la Enseñanza Secundaria, de ahí su devoción por la absurda etiqueta global de “enseñanza no universitaria”, que viola la regla elemental de toda definición y que rigurosamente da cabida a profesores de autoescuela, a gurús esotéricos, a predicadores de sectas satánicas, a iniciadores en ritos sadomasoquistas, a los que enseñan a falsificar dinero, joyas, carnés, a poner bombas en trenes, etc.

j) Crear conceptos absurdos que o no tienen referente en la realidad o, en el caso de que la tengan, sirven para velarla con objeto de arrogarse el papel de iniciados en un saber exclusivo: segmento lúdico, eje perpendicular de aprendizaje, estación curricular (esto significa `suspenso´ en su neojerga: el alumno queda así provisionalmente estacionado hasta que vuelve a su lugar natural que no puede ser otro que el aprobado).
De ahí que no nos extrañe encontrarnos textos como éste: “El modelo de proceso es el que está enriqueciendo la teoría curricular con los conceptos clave de pluralidad de currículo y su equitatividad, la participación en su elaboración, la negociación en su proceso y la consideración y análisis de la toma de decisiones curriculares por parte de los agentes educativos”.

Así que, cuando nos pregunten si sabemos qué es el currículo oculto, deberíamos becquerianamente contestar: “¿Y tú me lo preguntas? Currículo oculto eres tú”.

k) Suprimir el humus que hace posible el desarrollo de la verdadera enseñanza: la atención, el prestigio del conocimiento, el clima de respeto, la perspectiva de trabajo y de recompensa a medio plazo, el lento discernimiento, el esfuerzo o tensión por mantener la quietud y la fijeza imprescindibles para aprender… Esta quietud preservaba la verdadera actividad del alumno, su constituirse como sujeto. Sin embargo, la sabiduría psicopedagógica al (des)uso decreta que toda esta base es pasiva, reaccionaria, tradicionalista, inmovilista, y promocionan en su lugar una hiperactividad acéfala en la que los alumnos sin tranquilidad ninguna para atender nada, incesantemente alzan la mano, dan su opinión, protestan, amenazan, discuten, rayan con rotulador un papel, teclean un ordenador, pintan, modelan, copian, brincan.
Es decir: se mueven, pero es un movimiento inercial, sin dirección, despojado de toda presencia simbólica, irrelevante por tanto para la actividad de ir gestando su urdimbre personal. Este despojamiento personal en nombre de la enseñanza personalizada, este fomento de lo inerte bajo la etiqueta de la metodología activa, constituye una de las estafas más distintivas del Régimen. Es, además, propedéutica perfecta para forjar una masa de “ciudadanos” acríticos, consumistas y sometidos por la tiranía más implacable de todas: la de su propia ignorancia.

3 comentarios

Carolina -

Es excelente y me gusta mucho porque tiene justo la información que necesitaba

ghg -

es muy largo y no me sirve

MOISES PEREZ GUILLEN -

buenos datos, sumamente agradecido